Tapalpa, Jalisco.- En medio de un exuberante paisaje boscoso se encuentra Tapalpa con el esplendor y sencillez de sus casas blancas con tejados rojos de dos aguas que combina casi a la perfección con la belleza natural, la arquitectura y la tranquilidad, Tapalpa es un lugar único que ofrece algo para todos. Cualquier actividad siempre está envuelta en magia.
Cuando camines por sus calles empedradas y veas su quiosco rodeado de portales y sombreado por inmensos árboles; cuando mires sus templos, y observes que entre cada fisura del cemento se escabulle su desbordante vegetación que te invitan a vivir una aventura natural al extremo; sentirás cómo el aire puro corre por tus venas y vivirás la experiencia que sólo un Pueblo Mágico pacífico como Tapalpa puede ofrecer.
En el Mercado del Artesano, además, podrás comprar artículos hechos por manos artesanas de lana tejida como calientitos jorongos, cobijas y morrales; o canastas, sombreros y sopladores, hechas de agujas del pino.
Vive una experiencia única en los Pueblos Mágicos de México, visita Tapalpa.
Tapalpa, un pueblo enclavado en la Sierra Madre Occidental rodeado de bosques de pino que seduce a sus visitantes por su sencillez y autenticidad. En los portales de la plaza principal degusta un ponche de granada con rebanadas de queso panela fresco desde la comodidad de unos equipales; observa la belleza de su plaza coronada por su kiosco. La fachada lateral del antiguo Templo de san Antonio de Padua, vestigio de su arquitectura vernácula, tiene portales de madera y teja que flanquean el paisaje en movimiento por el pasar de sus pobladores.
CAMINA POR CALLES QUE SUBEN Y BAJAN
Adéntrate por sus angostas banquetas de piedra al recorrer sus fuentes de historias y leyendas. Escucha a través de sus zaguanes los murmullos de las casonas con sus patios centrales cargados de macetones en flor. Asómate por sus calles y observa la caída de calles que resbalan como ríos de piedras entre follajes rojos de tejados y paredes de luz blancas.
ESCUCHA LOS MURMULLOS DE AYER Y HOY
Déjate acariciar por sus calles con aroma a leña de pino que despiden sus chimeneas y encuentra una fresca banca para disfrutar la plática amena de un viejo tapalpense.