Redacción
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El público entró al Templo de la Compañía, a la izquierda del Altar Mayor se encuentra una puerta labrada que permite acceder a la Pinacoteca, antes sacristía, del recinto religioso, en ella se encuentran obras de Miguel Cabrera, Baltasar Echave Orio y José Ibarra, entre otros. En medio de las pinturas se llevó a cabo el recital casi sacro de La Camerata de la Nueva España en la 40 edición del Festival Internacional Cervantino (FIC).
En su tercera ocasión en la fiesta del espíritu, la agrupación guanajuatense presentó el concierto Música de vísperas en las reducciones de Chiquitos, Bolivia, el cual estuvo integrado por obras de Domenico Zipoli (Italia, 1688-Argentina, 1726) y autores anónimos de la región que compusieron, a partir de las enseñanzas de los evangelizadores, con el estilo barroco.
La agrupación eligió obras del Archivo Episcopal del Vicariato Apostólico de Ñuflo de Chávez en Concepción de Chiquitos, Santa Cruz de Bolivia, las cuales fueron escritas en su mayoría en las reducciones (nuevas comunidades misioneras) jesuitas de Santa Ana y San Rafael, hasta el momento de la expulsión de la Compañía de Jesús en 1767.
El espacio fue el idóneo para escuchar la música sacra y las siete voces que se unieron al sonido del violín, del violonchelo y del clavecín. Se dispusieron sillas para que los asistentes escucharan las melodías que remitían a otra época y que permitieron una experiencia única, ya que los cuadros y la arquitectura se fusionaban con las alabanzas.
De Domenico Zipoli se interpretaron Deus in adjutorium, Ave Maris Stella y Confitebur tibi domine. Además, de autores anónimos se apreció Domine quinque talenta, Euge serve bone, Fidelis Servus, Laudate Pueri dominum, Magnificat, Benedicamus Domino, Salve Regina, Nisi Dominus e Iste Confesor.
La Camerata de la Nueva España está integrada por los cantantes Lourdes Rábago (soprano), Lourdes García, (mezzosoprano), Leticia Martínez (contralto), Iván Montes (contratenor), Nils Becerra (contratenor), Fernando Alba (barítono) y Ricardo Sánchez (barítono), además de los músicos José María Melgar (violín), Alberto Soruco (violonchelo) y Miguel Espinoza (clavecín).
El ensamble se formó en 1993, a iniciativa de Lourdes Rábago, y fue creado para revalorar y divulgar la música resguardada en las capillas catedralicias, conventos y monasterios de la América virreinal. Se ha presentado en Estados Unidos, Sudáfrica, Hungría, Suecia y Finlandia, entre otros países.
Durante 19 años, la agrupación guanajuatense ha difundido el repertorio polifónico vocal. Además, participó en la 30 (2002) y 35 (2007) ediciones del FIC y en otros encuentros como el Festival Internacional de Música Virreinal y el Festival Barroco de Guanajuato.
