Redacción
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La Casa de la cultura Diego Rivera reside desde 1973 en una casona del siglo XVIII que ha tenido diferentes etapas a lo largo de su historia. Ubicada en la Plaza Fundadores en el Centro de la ciudad, esta ofrece una serie de talleres de iniciación artística.
El recinto cuenta en la actualidad con una capacidad operativa para atender a 2 mil alumnos por periodo escolar. Esta cantidad de alumnos es atendida en 23 salones, de los cuales 4 salones son de danza.
Al año se manejan tres periodos de clases; febrero-julio, julio-agosto y agosto-enero; para este primer periodo terminaron las inscripciones el 2 de febrero.
Sin embargo comenta Mónica Ponce, Coordinadora de esta casa de cultura: “Hay talleres que aún están en posibilidad de recibir gente; aquellos que tienen un trabajo más individual. Por ejemplo están abiertos algunos talleres de artes plásticas para niños y adultos, de ajedrez, cartonería. Tenemos también abierto el taller de grafiti para los jóvenes. Algunos de danza como jazz y polinesias, de teatro y hasta el taller de teatro para sordos que es un gran lugar para las personas con esa necesidad particular”.
Talleres de artes plásticas, artesanales, danza música, artes escénicas e inglés. Hay talleres para niños desde los 4 años hasta personas de la tercera edad. “También personas con capacidades diferentes pueden integrarse a los talleres siempre y cuando puedan desarrollar la actividad del taller al que se incorporen”, asegura la coordinadora.
Los talleres de piano son los que tienen más demanda, niños, jóvenes y adultos se inscriben en sus diferentes horarios, propiciando que el número de grupos se vayan abriendo de a poco; una historia similar ocurre con el ballet.
El ballet clásico son de los más concurridos. “Acabamos de tener audición y debido a la demanda no todas las niñas se quedan. De hecho en estos momentos las alumnas están en certificación por la Royal Academy of Dance con una examinadora inglesa.”
Otro de los servicios con los que cuenta, son los grupos representativos. Estos grupos representativos del ICL, son talleres de nivel avanzado. Se presentan donde son solicitados; en colonias, comunidades, instituciones, también en congresos y tienen movilidad en otros municipios a través de las diferentes casas de cultura. Para entrar en ellos basta solicitar una audición con el titular del grupo, además de pagar sólo un seguro.
Respecto a los profesores, concluye Ponce, “Los maestros tienen una formación variada en las humanidades y en las artes. No son maestros improvisados, tienen una trayectoria que los avala. Cuentan con los conocimientos y la sensibilidad suficientes para atender a toda la gente que recurre a los servicios que aquí se ofrecen.”
Entre los talleres que continúan abiertos, están los de dibujo, pintura, grabado, grafiti, canto y guitarra popular, entre otros.
Para todos los interesados en inscribirse o solicitar informes sobre los cursos que continúan abiertos, la casa de la Cultura Diego Rivera pone a su disposición los teléfonos 714 3350 y 713 6407, además del correo electrónico [email protected].