Redacción
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Con su fina interpretación y su belleza, Anna Maria Jopek, de Polonia, país invitado de honor, fue una estrella resplandeciente que iluminó la Exhacienda de San Gabriel de Barrera, durante la 40 edición del Festival Internacional Cervantino (FIC). Portadora de una voz delicada y seductora, hipnotizó al público con el gris de sus ojos y sus mezclas de jazz, música tradicional polaca y otros géneros.
La cantante sedujo al publico y lo invitó a entrar en una atmósfera discreta y cálida, a trasladarse por la música hasta sensibilizar sus sentidos: los ojos de los asistentes admiraron la belleza y el talento de Jopek; los oídos escucharon las pulsantes notas provenientes de la flauta, el piano, la guitarra y en especial de la aterciopelada y seductora interpretación vocal; asimismo, las manos se complacieron en aplaudir cada una de las piezas.
En Polanna, selección de canciones tradicionales y música clásica de su país, combinadas con la libertad, la armonía y la frescura del jazz, la cantautora concedió piezas con romanticismo, entre ellas Rdzawe liscie; otras como Uciekaj, uciekaj, Uwoz mamo, Poznalem dziewczyna y Przychodz mily, dzien juz bialy, en las que estuvieron presentes sonidos característicos de música polaca.
Mientras Jopek cantó con elegancia y sensualidad, el ambiente se tornó íntimo, después descansó la voz un poco, para que los músicos ejecutaran las piezas instrumentales Suwany y Plonie ognisko i szumia knieje.
Con tono melancólico, la polaca ofreció Dzis do ciebie przyjsc nie moge (Czerwone maki Na Monte Cassino) y Z tesknoty. Kujawiak, así como Kiedy ranne wstaja zorze, Modlitwa gdy dziatki spac ida (Juz sie zmierzcha) y Oj lulaj, lulaj, en las cuales su interpretación alcanzó timbres tan suaves, que causaron en varios asistentes un notorio estremecimiento.
En el concierto participaron los músicos Marek Napiórkowski, guitarra; Robert Kubiszyn, bajo; el baterista Pawel Dobrowolski, el pianista Jakub Stankiewicz y el flautista Piotr Nazaruk, quien además se encargó de la voz de fondo y otros instrumentos.
Anna Maria Jopek (Polonia, 1970) se graduó como pianista en la Academia de Música de Chopin en Varsovia, Polonia, también estudió en la Escuela de Música de Manhattan. Ha colaborado con el brasileño Óscar Castro Neves, uno de los genios del bossa nova; con el pianista noruego Tord Gustavsen; con el saxofonista Brandford Marsalis; con el vocalista tunesino Dhafer Youssef; con el camerunés Richard Bona, con el estadounidense Christian Mc Bride así como con los franceses Mino Cinelu y Manu Katche, entre otros.
Durante la 40 edición del Jazz Jamboree International Festival compartió el escenario con Joe Lovano, uno de los mayores saxofonistas de jazz, y en 2008 cantó con uno de sus héroes: Bobby Mc Ferrin. En 1994, recibió el Premio Michel Legrand’s Personal y ha sido galardonada con diversos reconocimientos de su país y varios discos de platino.
En 2011, lanzó simultáneamente las producciones: Haiku, acompañada de músicos japoneses; Sobremesa, álbum con ritmos portugueses, africanos y brasileños, y Polanna, al lado de Gil Goldstein y Gonzalo Rubalcaba, ganadores del Grammy.