Redacción
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La reina del fado, Ana Moura, sedujo a los asistentes al Teatro Juárez de Guanajuato que aplaudieron y ovacionaron de pie a la artista que ha demostrado en varios escenarios mundiales que el género no tiene por qué seguir siendo triste. La intérprete ofreció un espectáculo con las adaptaciones que ella y sus músicos han realizado al género y su canto llegó al alma y al corazón de los asistentes que ovacionaron, acogieron a la artista y se movieron en sus asientos contagiados por el ritmo.
La cantante portuguesa presentó en la 40 edición del Festival Internacional Cervantino (FIC) su nueva producción: Leva-me aos Fados, así como sus éxitos en fado tradicional de sus discos: Os Búzios, (escrito por Jorge Fernando), Na palma da mäo, Para Além da Saudade obras de raíces portugueses, No Expectations, versión de la canción de los Rolling Stones que cantó con Mick Jagger y entre otros, Vou dar de beber a dor, tema que ejecutó junto al estadounidense Prince, en diversas partes del mundo.
Con dos cambios de vestuario y portando un chal negro con flecos que enrollaba entre sus dedos, la artista también celebró la existencia del fado, que en el año 2010 el género fue designado por la (Organización de las Naciones Unidas por la Educación y la Cultura (UNESCO), Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
La bella intérprete que seduce con su sola presencia, ha actuado con otros artistas representantes de géneros tan ajenos al fado, Prince o un saxofonista de los Rolling Stones, permitió que el público mexicano apreciara las nuevas posibilidades del ritmo representativo de Portugal, tanto de creación como de interpretación.
La actuación que realizó de su tercer álbum, Leva-me aos Fados, es resultado de las fusiones que ha hecho con otros músicos, por lo que recital agradó tanto por los novedosos sonidos que se escucharon, entre ellos la mezcla con el soul, como por las letras que hablaron de Portugal y las fuerza que han adquirido las mujeres.
Gracias a la influencia e inspiración que ha recibido de Amália Rodrigues, legendaria representante del género, la actuación de Ana Moura recordó un poco a la de su “tutora” por su voz cálida y fuerte, por su cualidad interpretativa, por su timbre poderoso y profundo y porque comunicó al alma de la gente.
Con su elegante y sensual porte, Ana Moura ofreció la autenticidad de su arte y pidió al auditorio en las letras de sus canciones vivir con alegría e intensidad todas las etapas de la vida. Agradeció repetidas veces a la gente, así como el haber sido invitada al “asombroso” Festival Internacional Cervantino.
En su participación estuvo acompañada por Pedro Soares, guitarra acústica (viola de fado); Angelo Freire, guitarra portuguesa (con un cuerpo circular y 12 cuerdas de nylon); y Yuri Daniel, bajo y contrabajo.
El disco que presentó en Guanajuato Leva-me aos Fados (2009) llegó al estatus de platino y alcanzó el segundo lugar en ventas de Amazon.com en el Reino Unido, después de su gira por la región inglesa en 2010. La cantante se ha presentado en los más diversos escenarios de Europa, Asia, Australia, América Latina, Estados Unidos y Canadá.