Por Juliette Aguilera
En Irán, el Ferrocarril Transiraní, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, viaja a través de cuatro zonas climáticas distintas. Se extiende desde el Mar Caspio en el noreste hasta el Golfo Pérsico en el suroeste, pasando por dos cadenas montañosas, ríos, montañas, bosques y llanuras.
Iniciado en 1927 y terminado en 1938, el ferrocarril de 1.394 kilómetros de largo fue diseñado y ejecutado en una exitosa colaboración entre el gobierno iraní y 43 contratistas de construcción de diversos países.
Solo la ruta transiraní pasa por docenas de parques nacionales y refugios de vida silvestre, incluidos los Bosques Hyrcanian y el Monte Damāvand, el pico más alto de Irán, que atrae a escaladores de todo el mundo.
Este ferrocarril, que alguna vez fue considerado uno de los proyectos de infraestructura más polémicos de Irán, destaca por su escala y las obras de ingeniería que requirió para lograr pasar por caminos empinados y otras dificultades.